Comenzar en el yoga puede parecer intimidante, pero en realidad es una de las prácticas más accesibles para cuidar cuerpo y mente. No necesitas ser flexible ni tener experiencia previa: basta con ropa cómoda, una esterilla y la disposición de escucharte a ti mismo.
En tus primeras sesiones, céntrate en posturas básicas como la montaña (Tadasana), el perro boca abajo (Adho Mukha Svanasana) y la postura del niño (Balasana). Acompáñalas con una respiración lenta y profunda, y verás cómo tu estrés disminuye y tu energía aumenta. El yoga no es una competencia, sino un camino personal de conexión y calma.